ANGELES DE LA GUARDA

Ninguno de nosotros está solo, porque desde el mismo instante en que un alma es creada por Dios para un nuevo ser humano - un Ángel es llamado para permanecer a su lado durante toda su vida: El Ángel de la Guarda o Ángel Custodio.

Invoquemos siempre la presencia de nuestro Ángel Guardián y el de nuestros niños y niñas. Tratémoslo conforme a nuestra dignidad de cristianos que desde el bautismo somos hijos de Dios, amigos de Jesucristo, miembros de la Iglesia y templos del Espíritu Santo.

Su compañía rebosa amor por nosotros y con una especial ternura para los niños. No dudemos en acogernos a su amparo. Invoquemos siempre su protección con devoción rezándole todos los días junto a los niños especialmente cuando las cosas son un poco complicadas y difíciles.



 

NO TENGAN MIEDO DE HABLAR DE DIOS

No tengan miedo de hablarle de Dios a sus niños pero mejor aún es que conversen con Dios de sus niños: hijos y ahijados. 
Vean lo que nos cuenta Thomas en este video:                                                                  

 

CRISTO, LUZ DEL MUNDO

Yo soy la luz y he venido al mundo para que el que crea en mí no permanezca en las tinieblas… y que nosotros también podamos ser luz para los demás, te recuerdo que este Jesús que dice Yo soy la luz del mundo, un día mirando a la gente les dice “brille la luz que hay en ustedes para que la gente al ver las cosas buenas que ustedes hacen glorifiquen al Padre que está en los cielos


USTEDES SON LA LUZ DEL MUNDO

 

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Mateo   5, 13-16

 Jesús dijo a sus discípulos:

Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.

Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa.

Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en el cielo.

COMENTARIO 

Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia (Ad Gentes), 35-36

Concilio Vaticano II

 “Ustedes son la sal de la tierra… ustedes son la luz del mundo”

 Como la Iglesia es toda ella misionera y la obra de la evangelización es deber fundamental del Pueblo de Dios, el Concilio invita a todos a una profunda renovación interior, a fin de que, teniendo viva conciencia de la propia responsabilidad en la difusión del Evangelio, acepten su participación en la obra misionera entre las gentes… Todos los fieles como miembros de Cristo vivo, incorporados y asemejados a él por el bautismo, por la confirmación y por la Eucaristía, tienen el deber de cooperar a la expansión y dilatación del Cuerpo de Cristo para llevarlo cuanto antes a la plenitud (Ef 4,13).

Por ello, todos los hijos de la Iglesia han de tener viva conciencia de su responsabilidad para con el mundo, fomentar en sí mismos el espíritu verdaderamente católico y consagrar sus energías a la obra de la evangelización. Sepan todos, sin embargo, que su primera y principal obligación en pro de la difusión de la fe es vivir profundamente la vida cristiana. Pues su fervor en el servicio de Dios y su caridad para con los demás aportarán nuevo aliento espiritual a toda la Iglesia, la cual aparecerá como estandarte levantado entre las naciones (Is 11,12), “luz del mundo” y “sal de la tierra”.

ESPÍRITU SANTO

Que tu Espíritu Santo logre que yo me parezca más a Ti, que pueda tener tus mismos sentimientos. Que yo me deje moldear por Él, lo que cantamos: ”el barro en manos del alfarero”, pues bien, así tenemos que estar, dejar que este Dios Espíritu Santo moldeé en nosotros hombres y mujeres más parecidos a Jesucristo.