DE LA PRIMERA CARTA DE SAN JUAN
Queridísimos: amémonos unos a otros, porque el amor procede de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios, y conoce a Dios.
El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es
amor.
En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios: en que
Dios envió a su Hijo Jesucristo al mundo para que recibiéramos por él la vida.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.
Queridísimos: si Dios nos ha amado así, también nosotros
debemos amarnos unos a otros.
A Dios nadie le ha visto jamás. Si nos amamos unos a otros,
Dios permanece en nosotros, y su amor alcanza en nosotros su perfección.
…
Y nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios nos
tiene. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en
él.
…
En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa
fuera el temor, porque el temor supone castigo, y el que teme no es perfecto en
el amor.
Nosotros amamos, porque Él nos amó primero.
Si alguno dice: 'Amo a Dios', y aborrece a su hermano, es un
mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a
quien no ve.
Y hemos recibido de él este mandamiento: quien ama a Dios,
que ame también a su hermano.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario