¿Eres madrina o padrino? ¿Sabes lo que significa?
Seguro que tú, al igual que yo, estás bautizado y confirmado y por lo tanto tienes madrinas o padrinos; y si has hecho bien tus tareas, alguien te ha escogido a ti para que lo seas de alguien más.
Hay muchas y lindas razones por las que alguien escoge padrinos
y madrinas, ya sean los padres de un pequeño bebé que está por bautizarse o un
catecúmeno adulto que lo elige voluntariamente. Siempre es un regalo para quien
es llamado a ese servicio de amor, pero: ¿tenemos claro qué significa serlo?
Compadres es la forma en que nuestros padres llaman a los
padrinos y cuando los eligen, algunas veces queda la duda: ¿habrán escogido
padrinos o compadres? Es que a veces la afinidad, el cariño y el querer
establecer lazos más permanentes con alguien, hace que los padres «den a sus
hijos» de ahijados a personas con las que tienen relaciones muy estrechas. De hecho,
los padrinos se sienten honrados cuando se les pide que lo sean porque es una
muestra de afecto y confianza muy profunda.
Pero a veces el rol de padrinos y madrinas está un poco
confundido y (tanto los ahijados como los padres) esperan algunas cosas que
realmente no son sus reales funciones y que poco tienen que ver con el llamado
que han recibido.
Queremos darte algunas ideas de qué es lo que realmente debe
hacer un padrino o madrina y de cuál es su misión en la vida de ese recién
bautizado o confirmado, para que comprendamos qué características deben tener
esas personas y cómo debe ser la relación con su ahijada o ahijado.
Si te han pedido que tu seas madrina o padrino, te invitamos
a que ofrezcas esa tremenda misión al Señor, Él te dará lo necesario para acompañar
a tu ahijado por el camino de la fe que Él mismo nos ha invitado a recorrer.
7 ideas sobre la misión que tienes con tu ahijado:
1.- Tu vida es tu curriculum
Como padrino has sido elegido por los padres (o al menos
deberías serlo), más que por tu relación con ellos, por tu vida, por como vives tu fe, por el testimonio
de tu lucha sincera por vivir los principios del Evangelio. Madrinas y padrinos
son personas que por su testimonio de vida podrán dar luces al recién bautizado
de cómo hacer para vivir como un buen cristiano durante toda su vida. ¡Comienza
a vivirlo!
2.- Das el mejor regalo
No esperamos que nuestra madrina o padrino nos dé un regalo
especial para navidad o para nuestro cumpleaños. Madrinas y padrinos el mejor regalo que puedes darle a tu
ahijado es el regalo de la fe. Acompáñalo de forma cercana y sincera para
que la vida espiritual y la relación con Jesús sean siempre parte fundamental
de su vida como nuevo cristiano.
“Queridos, padres, padrinos y madrinas, si quieren que sus
hijos sean verdaderos cristianos, ayúdenles a crecer ‘inmersos’ en el Espíritu
Santo, es decir, en el calor del amor de Dios, en la luz de su Palabra. Por
ello, no olviden invocar a menudo al Espíritu Santo, todos los días” (Papa
Francisco, 2015).
3.- No eres un padre sustituto
A veces se piensa que cuando te piden ser madrina o padrino,
lo que te están pidiendo es que en caso de que los padres fallezcan tu te hagas
cargo del pequeño. Uno no busca padrinos para tener padres de repuesto; uno los
busca para que acompañen a los padres y les animen, al igual como lo hacen con
el ahijado.
Se hacen familia espiritual y el amor y la fe los une, no
una responsabilidad legal para con los niños si es que quedan huérfanos.
Obviamente el compromiso espiritual no quita que te preocupes por el bienestar
físico y material de tu ahijado.
4.- Compartes de lo mejor que tienes
Una madrina o padrino
comparte su fe por lo tanto ha de tenerla, alimentarla y hacerla crecer. Es
tu responsabilidad el estar preparado para responder a las dudas y para
acompañar en los momentos oscuros a tu ahijado, no solo con apoyo económico y
con los bonitos regalos, sino con la Palabra de Dios, con la esperanza
cristiana y con mucho amor.
A los padres de los niños y a los padrinos, así como a los
familiares, el Papa Francisco les pidió: “ayudar a estos niños a crecer bien si
se les da la Palabra de Dios, el Evangelio de Jesús”. Pero también, “hay que
darlo con el ejemplo”.
5.- Permaneces cerca
Esa es tu misión, acompañar, estar cerca. Es recomendado
buscar dentro de la familia, pues es mucho más fácil asegurar un lazo firme con
el ahijado. Entre los amigos también es buena idea, pero la intención es que
sea alguien cercano, que no vea a su ahijado únicamente para las fiestas, sino
que puedan compartir tiempo juntos, que conozca su proceso y su desarrollo como
persona y como cristiano.
Es triste cuando uno le pregunta a alguien por sus padrinos
de bautizo y ha dejado de verlos hace años. Es tanto que el Código de Derecho
Canónico, en el nro 874 aconseja que el padrino de la confirmación sea el mismo
que el del Bautismo. Así de cerca.
6.- Practicas lo que predicas
Estando en la parroquia me ha tocado ver personas que llegan
a pedir certificados de confirmación para ser padrinos o madrinas de alguien.
Gente que nunca ha sido vista en la parroquia y que nadie conoce. No es que
busquemos gente popular en los ambientes eclesiales, sino que buscamos personas asiduas a celebrar su fe, comprometidas con ella
y con la vida de la Iglesia, de este modo podemos esperar que acompañe a su
ahijado a misa, le explique los sacramentos y que pongan en práctica aquello
que los hace familia: la fe. Si se, está difícil esta parte, pero los
ideales debemos cuidarlos y luchar por alcanzarlos. Procura ser tu una madrina
o un padrino así.
7.- Estás dispuesto a asumir la responsabilidad de forma
indefinida
El bautismo abre las
puertas del cielo al bautizado, ya es parte de la Iglesia, es hijo de Dios y
con vocación de Vida Eterna. Quien acepta ser madrina o padrino lo hace de
forma indefinida, como una muestra de amor hacia su ahijado, pero también como
un servicio a Dios, acompañando a este nuevo cristiano en su desarrollo y
madurez.
Quien acepta este reto y esta responsabilidad lo hace para
siempre, pues la calidad de hijo de Dios es eterna, por lo tanto, tu tarea de
amor, compañía, cuidado y orientación no termina cuando tu ahijado se hace
adulto, sino que continúa por toda la vida.
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